El Barnum es un lugar excelente para disfrutar de un delicioso desayuno en Roma. El personal es extremadamente amable y cordial, lo que hace que la experiencia sea aún más agradable. Además, el lugar es muy acogedor y adecuado para visitar con niños. El personal muestra un trato especial hacia los más pequeños, lo que los hace sentir bienvenidos y queridos.
La comida en el Barnum es simplemente deliciosa. Los croissants rellenos de crema de almendras son especialmente destacables, y el café también es de alta calidad. Además, los precios son muy razonables, lo que hace que la experiencia sea aún más satisfactoria. Es importante llegar temprano, ya que el lugar tiende a llenarse rápidamente, pero el personal se encarga de atender a todos los clientes de manera eficiente.
A pesar de todas las cualidades positivas del Barnum, hay algunos aspectos que podrían mejorarse. El principal inconveniente es la falta de espacio, ya que el lugar puede llegar a estar abarrotado, especialmente durante las horas punta. Esto puede resultar incómodo para algunos clientes, ya que puede ser difícil encontrar un lugar para sentarse o moverse con comodidad.
Otro aspecto negativo es la posibilidad de tener que esperar en fila para ingresar al establecimiento. Aunque el personal es eficiente en atender a los clientes, la espera puede ser larga, especialmente si se visita en horarios de mayor afluencia. Esto puede resultar frustrante para aquellos que desean disfrutar de su desayuno sin demoras.
A pesar de estos aspectos negativos, el Barnum sigue siendo una excelente opción para disfrutar de un desayuno en Roma. La calidad de la comida y la amabilidad del personal compensan cualquier inconveniente que pueda surgir. Sin duda, es un lugar que vale la pena visitar si se busca una experiencia gastronómica agradable y sabrosa.