El negocio tiene una ubicación conveniente y es un lugar obligatorio para visitar en cada viaje a Roma. Los clientes consideran que es un lugar que vale la pena visitar y disfrutar.
El personal del negocio ha sido descrito como extremadamente odioso, scortese y razzista. Han habido situaciones en las que los clientes han sido tratados de manera irrespetuosa y con falta de consideración.
El negocio no ha actualizado sus horarios en línea durante las vacaciones, lo que ha llevado a la decepción de los clientes que llegaron al lugar y encontraron que estaba cerrado.
El negocio utiliza contraseñas para ingresar, lo que algunos clientes consideran una molestia innecesaria.
La recomendación de la casa para el Old Fashioned resultó ser más costosa y no tan buena como se esperaba.
El personal del negocio no mostró flexibilidad ni disposición para encontrar una solución cuando surgieron problemas con la asignación de mesas.
El tono y los modales del personal fueron juzgantes e inapropiados, lo que llevó a que los clientes se sintieran incómodos y decidieran abandonar el lugar.