El negocio ofrece un ambiente típico romano, lo que crea una experiencia auténtica para los clientes. Además, las bebidas, la música y la comida son de excelente calidad y satisfacen las necesidades de los comensales. Las lasañas, en particular, son destacadas y consideradas las mejores de Roma. El servicio es bueno y los precios son razonables, lo que hace que la experiencia sea aún más agradable.
Uno de los aspectos negativos es la cantidad de comida que se sirve en relación al precio pagado. Algunos clientes consideran que las porciones son demasiado pequeñas. Además, es inusual que se deba comprar y pagar el pan adicionalmente, ya que en la mayoría de los restaurantes y osterias se ofrece de forma gratuita. Otro aspecto negativo es que el negocio no prepara la comida al momento en una cocina, sino que utiliza un horno de microondas para calentar los platos en un pequeño espacio dentro del bar. Esto puede afectar la calidad y la temperatura de los platos, como se evidenció en una experiencia en la que una lasaña estaba congelada.