El negocio cuenta con una ubicación maravillosa que ofrece una experiencia única a los comensales. La belleza del lugar es indiscutible y crea un ambiente agradable para disfrutar de una comida.
Algunos platos, como las alici fritte y la zuppa di pesce, son deliciosos y demuestran que el restaurante tiene potencial para ofrecer sabores auténticos y satisfactorios.
Los sorbetes de limón son bien hechos y brindan un toque refrescante al final de la comida. Son una opción ideal para aquellos que buscan un postre ligero y sabroso.
El servicio en este restaurante deja mucho que desear. El camarero más anciano fue descortés y parecía agotado. Incluso reprendió a su colega delante de nosotros, lo cual no es apropiado en ningún contexto.
Además, nos sirvieron vino caliente sin darnos la oportunidad de probarlo antes. Esto arruinó nuestro brindis y nos dejó muy decepcionados. El personal tampoco se disculpó ni hizo ningún gesto para compensarnos.
Algunos platos, como los tonnarelli con polpo mollica e finocchietto, no tenían los sabores esperados. Esto indica que la calidad de la comida no siempre está a la altura de la ubicación y el potencial del restaurante.
Además, nos cobraron 9 euros por tres focacce que no habíamos pedido. Aunque dijeron que estaban incluidas en el antipasto, esto no estaba claro en el menú y nos pareció un cargo injustificado.
En conclusión, este negocio tiene aspectos positivos, como su ubicación y algunos platos deliciosos. Sin embargo, el servicio deficiente y la falta de consistencia en la calidad de la comida son aspectos negativos que deben abordarse para que el restaurante pueda alcanzar su máximo potencial. Espero que esta crítica constructiva pueda ser útil para mejorar y lograr un equilibrio entre la excelencia de la ubicación y la calidad del servicio y la comida. Buena suerte en el futuro.